Hoy amanecí con un dolor muy inmenso y, es
que anoche te soñé, te soñé en ese día qué llegaste a mí vida, ese día que me
ilusionaste a vivir más, ése día en qué el amor verdadero nació, ése día en qué te
miré derramar tu primer lágrima porque estabas llegando a la vida y, hoy qué te
has marchado, qué no se que ha sido de ti, lentamente me voy consumiendo en la
esperanza de qué un día volverás.
(Victor Castillo)
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