OJOS COMO DOS LUCEROS
Ojos acaramelados que brillaban como dos luceros, cada
vez que repentinamente aquélla doncella se
encontraba con aquel joven humilde y
ranchero, resplandecían sus miradas, temblaban sus cuerpos era la sensación de
decirse un te quiero, que saliera del fondo del alma y por el viento volara unir sus labios y un beso empezara.
Un joven muy sutil que de repente empezó a soñar componiendo los más lindos versos que a su doncella empezó a
dedicar, versos que sonaban al ritmo del
cantar de muchos pajarillos que volaban y volaban sin parar en las vegas de los
Ríos.
Paso el tiempo y poco a poco se fueron enamorando, algo estaba mal anqué los pajarillos seguían
cantando pues a escondidas continuaban mirándose, algo sorprendente paso un día aquel joven al descubierto
quedo y empezó su osadía. ! ¡Mi padre
grito la joven¡ mostrando su rostro muy asombroso quedando
aquel joven en suspenso pero un poco muy juicioso.
Empezaron gritos e insultos de aquel
señor muy enojado humillando a aquel joven porque a su hija había cortejado, triste y enamorado decidió marcharse muy
lejos y aquellos lindos y hermosos ojos de aquella joven brillar jamás
volvieron.
En silencio lloran su angustia uno muy
lejos del otro, pues han pasado los años y sus cabellos ya tornan canosos,
esperando encontrarse de nuevo y vivir para siempre el uno para el otro bajo un
sol ardiente, que en sus ojos se vuelva
a reflejar el brillo de aquéllos dos luceros que jamás dejaron de esperar y olvidarse de sus versos.
Autor (Víctor Castillo)
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