miércoles, 10 de agosto de 2016

OJOS COMO DOS LUCEROS



Ojos acaramelados que brillaban como dos luceros, cada vez que repentinamente  aquélla doncella se encontraba con aquel joven  humilde y ranchero, resplandecían sus miradas, temblaban sus cuerpos era la sensación de decirse un te quiero, que saliera del fondo del alma y   por el viento volara unir sus labios y  un beso empezara.

Un joven muy sutil que de repente empezó a soñar  componiendo los más lindos  versos que a su doncella empezó a dedicar,  versos que sonaban al ritmo del cantar de muchos pajarillos que volaban y volaban sin parar en las vegas de los Ríos.

Paso el tiempo y poco a poco se fueron enamorando,  algo estaba mal anqué los pajarillos seguían cantando pues a escondidas continuaban mirándose,  algo sorprendente paso un día aquel joven al descubierto  quedo y empezó su osadía. ! ¡Mi padre grito la joven¡ mostrando su rostro muy asombroso quedando aquel joven en suspenso pero un poco muy juicioso.

Empezaron gritos e insultos de aquel señor muy enojado humillando a aquel joven porque a su hija había cortejado,  triste y enamorado decidió marcharse muy lejos y aquellos lindos y hermosos ojos de aquella joven brillar jamás volvieron.

En silencio lloran su angustia uno muy lejos del otro, pues han pasado los años y sus cabellos ya tornan canosos, esperando encontrarse de nuevo y vivir para siempre el uno para el otro bajo un sol ardiente,   que en sus ojos se vuelva a reflejar el brillo de aquéllos dos luceros que jamás  dejaron de esperar y  olvidarse de sus versos.



Autor (Víctor Castillo)


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